La Suiza Italiana, que comprende el cantón Ticino y el valle de la Mesolcina en el cantón de los Grisones, es un territorio extraordinario y aun relativamente inexplorado, lleno de inestimables riquezas. Un caleidoscopio de bellezas naturales, de historia, cultura, tradiciones y, no por último, de eno-gastronomía.

Desde la espectacular cadena de los Alpes en el límite con la Suiza Alemana, al clima suave y mediterráneo de los lagos Mayor y de Lugano en la frontera con Italia, nuestra región es un equilibrio perfecto entre el idioma y el ambiente italianos y la eficiencia suiza!

Aquí el clima es más templado y, en promedio, con un número muy superior de días de sol respecto al resto de Suiza.

El visitante encuentra de todo: un mundo natural e histórico-cultural rico y generoso, naturaleza incontaminada, montañas, ríos de color verde esmeralda, límpidos lagos alpinos, cascadas majestuosas, valles remotos con aldeas características. Pueblos y pequeñas ciudades que albergan monumentos históricos y de obras de arte que reflejan siglos de historia compartida entre Italia y Suiza. Artistas, poetas, filósofos y escritores han recibido inspiración de este mundo, escogiéndolo a menudo como residencia permanente.

El Ticino orgullosamente cuenta con dos de los once sitios UNESCO que hay en territorio suizo: sus maravillosos Castillos de Bellinzona,el Monte San Giorgio y las Procesiones de Semana Santa de Mendrisio.

Y como en cada sitio que se respete, la gastronomía es parte integrante, con una cocina que va del tradicional al sofisticado y es rigurosamente acompañada de vinos que alcanzan siempre mayor nivel internacional.